jueves, 12 de diciembre de 2013

¿BRONCEARSE O NO BRONCEARSE?

Digan lo que te digan y le guste a quien le guste, la verdad es que broncearse es delicioso, más aún cuando agarras un color canela brilloso que se ve increíble.  Además existen otros beneficios inmediatos, como las marcas del bikini que la verdad se ven muy sexies.

Pero también pueden existir varias complicaciones de salud sobre todo si abusamos del bronceado.

Es cierto, el sol es sumamente necesario, algunos procesos químicos en nuestro cuerpo y en muchos seres vivos, se activan al contacto con los rayos solares.  Incluso nos levanta el ánimo ver salir el sol y disfrutar del calor en nuestra piel.   Muchos animales se quedan al sol largas horas, en especial los reptiles. Pero todos lo hacen con cierta medida y por una razón en particular, no por simple gusto.

Así que no está del todo mar tomar el sol, pero si abusar de ello y hacerlo todos los días.  Sobre todo cuando nuestro cuerpo no está acostumbrado.

Lo primero que debemos tomar en cuenta es nuestro tono de piel.   Entré más blancos seamos, menos es la cantidad de sol que podremos soportar.  La piel blanca es más susceptible a quemarse y a sufrir daños por exposición solar.  Las personas de color obviamente tienen más resistencia. 

La constante y prolongada exposición solar puede ir desde una quemadura simple hasta cáncer en la piel.  Así que no estamos hablando de cualquier cosa.

Podrá ser delicioso y podrías agarrar un color genial, pero en verdad estás poniendo en riesgo tu piel, pues no es lo mismo que te de el sol, a tirarte literal al sol y además añadirle aceititos para que te cocines como debe ser.

Además, si en verdad te preocupa verte joven, el sol es el principal elemento que deberías evitar, incluso en la ciudad, pues las arrugas aparecerán más rápido y mucho más marcadas.  Por lo que no importa donde te encuentres, siempre un excelente aliado será el bloqueador solar.

Algo en lo que pocas veces pensamos es que la intensidad del sol y la protección natural que existía en la atmósfera de nuestro planeta se han modificado en gran medida, por lo que hace 10 años podías permanecer mucho más tiempo al sol sin sufrir los mismos efectos que sufrirías hoy en día.

Es una práctica muy riesgosa que a todos nos encanta, pero que deberíamos empezar a dejar de lado.  No significa que no vayas a la playa, sino que evites en lo posible exponerte completamente al sol, y siempre proteger tu piel.  Así no correrás riesgos y posiblemente evites pasar uno o dos días encerrado en tu cuarto de hotel sufriendo la tortura de una quemadura corporal.
Al igual que tu piel, debes prestar mucha atención a tus ojos, pues también se ven afectados por el exceso de luz y por el sol directo.  Siempre es bueno protegerlos con lentes de protección UV de buena calidad.


Así que si vas de vacaciones, además de tu traje de baño, no olvides un buen bloqueador.

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