Aunque se piense lo contrario, el bikini
ya se utilizaba hace más de 2 mil años, pues existen pinturas encontradas en Sicilia que demuestran que las
mujeres de esa época ya usaban bañadores de 2 piezas. La invención de estos trajes de baño es
incierta, pero sin duda, han marcado la historia de la moda playera durante
siglos.
Como todo en la vida, los trajes de baño
se fueron modificando según las costumbres y valores que las diferentes
sociedades iban adquiriendo. En algún momento,
que las mujeres enseñaran su piel resultó ofensivo e inmoral, por lo que los
trajes de baño de 2 piezas se dejaron de utilizar.
No fue sino hasta la década de los 40’s
cuando a un prestigiado diseñador de automóviles, se le ocurrió la fascinante idea
de crear un traje de baño que permitiera lucir los voluptuosos cuerpos de las
mujeres de entonces. Se trataba de Louis
Réard.
Réard se enfrentó a una sociedad para ese
entonces muy cerrada, las modelos de la época no se animaban a portar este nuevo
e “inmoral” atuendo, hasta que una de ellas, Micheline Bernardini , aceptó y lucío una prenda que cambaría el destino de los
bañadores. Contrario a lo que se
esperaría, resultó ser todo un éxito y comenzó a utilizarse en las playas
prácticamente al momento, sobre todo después que la legendaría actriz Brigitte
Bardot lo utilizara en una de sus películas.
Desde entonces el bikini ha sufrido
infinidad de transformaciones. Ha
cambiado de tamaño tanto como de color.
En la actualidad los podemos encontrar en todas formas, tamaños, colores
y hasta sabores.
La aparición de la tanga aún es
desconocida, pues podría venir de África aunque muchos aseguran que es una
creación brasileña. Cualquiera que sea
su origen, cambió radicalmente los bikinis, dejando cada vez menos a la
imaginación, y tapando únicamente lo esencial.
Normal, cachetero, corte brasileño, tanga
e hilo dental, son sólo algunas de las formas en que encontraremos la parte
baja de un bikini, mientras que la parte alta o top, aunque se ha modificado
poco del original, puede pasar de cubrir todos los senos a simplemente estar
topless.
Al día de hoy, las cosas no han
cambiado. Como hombres es un verdadero
deleite ver un cuerpo femenino pasear por la playa portando uno de estos bañadores. Las mujeres también disfrutan el portar uno
de ellos, sobre todo cuando causa tanta polémica y recoge tantas miradas al
pasar. Así como se han transformado,
seguramente veremos más modificaciones y nuevos estilos. Cualquiera que sea el
resultado, seguramente será un éxito, pues es una prenda que llegó para
quedarse.
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