A todos nos ha pasado en alguna
ocasión. Vamos a la playa super animados
para tirarnos al sol como lagartijas, creyendo que necesitaremos al menos medio
día para agarrar color. Compramos el
bronceador que prácticamente es aceite de cocina y nos lo untamos por todos
lados y listo, a agarrar color.
Por desgracia los planes no siempre son
como lo planeamos y cuando nos damos cuenta, parecemos camarones a punto de ser
servidos. Más rojos no se podría y por
supuesto, el ardor es incontrolable.
El traje de baño al menos a cubierto lo
fundamental para evitar quedara expuesto al mismo o tal vez peor
sufrimiento. Tu bikini de verdad parece
estuviera hecho de lijas, pues el mínimo roce te hace llorar.
De entrada tienes que quitarte del sol inmediatamente,
y de preferencia no corras a bañarte en agua helada, pues el cambio de
temperatura además de resecar tu piel, hará que se contraiga y podrías generar
ámpulas (si es que no las tienes ya).
Quítate el traje de baño con el mayor cuidado posible y consigue un gel
diseñado específicamente para quemaduras de piel, una crema cremosa que no
tenga perfume o de plano si no hay nada a la mano consigue unos sobres de
harina para hacer atole (en cualquier tiendita seguro lo tienen) y espárcelo
por toda el área quemada.
Si las quemaduras no son tan graves, solo mantén hidratada tu piel en todo
momento, no escatimes en la cantidad de
gel o crema. Pero si notas que el ardor
no mejora o incluso sientes algún malestar, no dude en visitar a un médico.
De preferencia no cubras tu piel, pero
mantente alejado de la intemperie, tu cuarto de hotel será tu mejor amigo. Cubre lo necesario con prendas de algodón, y
que no te aprieten y si te sientes con ánimo de salir por la noche, sólo cuida
que tus prendas sean ligeras y suaves.
Por favor no se te ocurra salir cuando aún hay sol!!!
Si quieres evitar todo este drama, te
aconsejo que desde un inicio uses protectores o bloqueadores solares, mas no
bronceadores. Además, existen infinidad
de prendas que te permitirán cubrirte lo más posible del sol en exceso. Utiliza pareos o telas suaves (si, también
los hombres pueden utilizaras, y se ven geniales), sombreros, gafas con protección
solar y de preferencia camisa o blusa.
Toma el sol por unos cuantos minutos al día, no es necesario que estés
horas. Ya para el tercer día de tu
estancia, verás como el color comienza a aparecer y te durará mucho más que una
quemada repentina.
De cualquier manera, si vas a asolearte,
procura no tener bikinis o trajes de baño de telas sintéticas, por lo menos
mientras te asoleas, así evitarás irritaciones. Si no tienes opción, reduce el tiempo de
bronceado.
Lo más importante es cuidar tu salud, así
podrás seguir disfrutando de tus vacaciones
y lucir un bronceado increíble.
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