miércoles, 12 de junio de 2013

Consejos de bronceado para deportistas de playa

Una de las consecuencias de ir a la playa, ya sea con fines de descanso o bien para practicar actividades deportivas, es que uno se asolea intensamente. Eso es grato para efectos de adquirir un atractivo bronceado de la piel, al tiempo en que se pone en forma el cuerpo. Sin embargo, también es preciso considerar los problemas de salud relacionados con una excesiva exposición al sol. Por todo lo anterior, vale la pena seguir algunas recomendaciones para tomar el sol en la playa, de manera segura, sin importar que se repose en la arena o bien que se practique algún deporte en la playa.

Hay que aplicarse el protector solar que corresponde mejor a nuestro tipo de piel. Para saber cuál es el más adecuado, es conveniente consultarlo con un especialista. También es adecuado exponerse de manera paulatina al sol, tratando de evitarlo entre las 12 y las 16 horas. No hay que olvidar aplicarse protector solar en casa, antes de exponerse al sol y renovar esa cubierta frecuentemente.

No hay que exponer a los niños pequeños al sol de manera directa, especialmente entre las 12 y las 16 horas. Es preciso utilizar para protegerse: lentes de sol, gorra, sombrilla y camisetas de manga larga si es preciso. Pero el peligro de quemaduras e irritaciones en la piel por el contacto del sol, no se deriva solamente de tenderse mucho tiempo en bikini en la playa o practicar un deporte náutico durante varias horas. Otras actividades al aire libre como pasear en bicicleta, correr y trotar con la mascota, también requieren protección contra el sol.

Hay que cuidarse también de las superficies que reflejan notablemente el sol, como la hierba, el agua, la arena, etc. Para cuidar la piel en la playa no debe guiarse uno tanto por el calor que se sienta, sino más bien, por la posible radiación que se capte. Ante la menor duda de sí es seguro desarrollar deportes en la playa o al aire libre, lo mejor es aplicarse crema.

De igual manera es esencial hidratarse convenientemente, bebiendo agua con frecuencia; secarse bien la piel tras haber tomado un baño, para evitar un efecto lupa que dañe nuestra dermis y cuidar las modificaciones que experimenten las pecas o lunares, puesto que si aumentan su tamaño, cambian de forma o de color, lo mejor es acudir a que nos revise el dermatólogo.








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