El beneficio que nos ofrecen ciertas rutinas de ejercicios, puede verse notablemente aumentado al practicarlas en la playa. Por esta
razón, si bien para muchas personas las vacaciones
de verano son una ocasión estupenda para ir a la playa y descansar
o relajarse, hay numerosas personas que también contemplan este periodo de asueto como una oportunidad
magnífica para ponerse en forma, en
el mejor gimnasio posible: un
ambiente costero lleno de sol, arena y
mar.
Y es que la playa es el
escenario perfecto para respirar aire
puro y ejercitar nuestro cuerpo
de manera integral y provechosa. Pero además, siempre es importante tomar en
cuenta algunas pautas, para que este
entrenamiento sea de lo mejor.
Por ejemplo, hay que
tomar en cuenta que, correr en el
pavimento o en la grava, no es lo mismo que hacerlo en la arena y es que los músculos de las piernas nos obligan a desarrollar un esfuerzo mayor.
De tal modo que es
aconsejable correr por la playa
durante unos 30 minutos, para obtener grandes beneficios a nivel cardiovascular. La blanda superficie de la arena impide que se sufran contracturas o complicaciones en los tendones. Conviene alternar este entrenamiento sumergiéndonos en el agua cada 5 minutos, para que el
agua fresca reactive la circulación de los pies.
Si las olas nos llegan
a la altura de los tobillos, o un
tanto más, tendremos la necesidad de levantar
la rodilla para evitar el agua y así ejercitaremos
los cuádriceps más intensamente que corriendo en una superficie convencional. También es relevante el trabajo en los tobillos y de los gemelos, puesto que la propulsión es aún más intensa de lo
habitual.
Si el agua nos llega a la altura de la cintura al correr, el ejercicio en la playa se vuelve aún más interesante, puesto que,
además de hacer trabajar el tren
inferior, lo mismo haremos con el superior.
De esta manera, músculos como los abdominales, dorsales y oblicuos se
verán positivamente ejercitados.
Pero si llegamos a correr en la playa,
con oleaje que nos llegue por encima del bikini o traje de baño, hasta el cuello, no se podrá avanzar casi nada,
pero en cambio estaremos llevando a cabo un trabajo de tonificación muscular, lo cual también es conveniente
para un fitness provechoso. No hay
que olvidar ciertas pautas esenciales para el ejercicio en la playa: como por ejemplo, aprovechar la mañana para ello y así evitar las radiaciones solares más dañinas; protegerse adecuadamente del sol y por
último mantener una correcta hidratación.
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